La crisis del modelo civilizatorio que atravesamos constituye el marco en el que se inscribe nuestra práctica artística. Asumimos que los relatos que sostienen nuestra forma de habitar el mundo están agotados, y que urge imaginar otros modos de percepción y de vínculo.

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En este contexto, nuestro trabajo se concibe como un ejercicio de reescritura: un gesto íntimo y, a la vez, político, orientado a liberar nuestra percepción de los condicionamientos que la limitan. Buscamos desarmar las narrativas dominantes para abrir fisuras por las que se filtren nuevas metáforas, ficciones y sensibilidades capaces de reencantar lo real.

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Trabajamos con la animación experimental y la instalación audiovisual, centrándonos en la experimentación tanto técnica como simbólica que se produce en la simbiosis entre arte y tecnología: nuestras instalaciones pretenden trascenderla, utilizarla y exprimirla como herramienta simbólica creando espacios de reflexión y crítica.